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¿Sabes cómo fortalecer tu Suelo Pélvico?

El músculo del suelo pélvico, o músculo pubococcígeo, está formado por tres anillos que se encargan de mantener en suspensión y en posición correcta la vejiga, el útero y el recto. Después de un parto vaginal o debido a la edad, es habitual que este músculo se debilite. Esto es muy negativo en la calidad de vida de la mujer, ya que, además del descolgamiento de los órganos intraabdominales (conocido como prolapso), afecta directamente provocando incontinencia urinaria y la disfunción sexual femenina. Por esta razón, fortalecer el suelo pélvico debe ser nuestro objetivo corporal prioritario.

Hay una serie de ejercicios dirigidos a reforzar el suelo pélvico. Existen diferentes técnicas (masaje perineal, acupuntura, electroestimulación,... y los más realizados, los llamados ejercicios de "Kegel"). Estos ejercicios fueron desarrollados por Arnold Kegel en los años 40. Voy a enseñaros de qué tratan el masaje perineal y los ejercicios de Kegel (ya que los demás que os he nombrado requieren el control de un terapeuta especializado). 


El masaje perineal:

Masajear la zona perineal con aceite de almendras en el preparto es importante para reforzar y mejorar la elasticidad del periné para prepararlo al parto. Una sesión de masaje perineal durante las últimas 6 semanas del embarazo pueden ayudar a evitar la necesidad de episiotomía y minimizar el riesgo de desgarros durante la salida de la cabeza del bebé. El masaje se debe aplicar diariamente durante 5-10 minutos, comenzando seis semanas antes de la fecha prevista de parto (a partir de las 34 semanas). 

El masaje puedes realizarlo tú misma o puede echarte una mano tu pareja. Lo ideal es recostarte sobre una almohada, en una posición cómoda para ti y con la vejiga vacía. Realiza la aplicación del masaje con los dedos pulgares o índices introducidos un poco en vagina, presionando contra la horquilla vulvar (que es la parte inferior, cerca del ano), y a continuación moviendo los dedos hacia un lado y otro de la vagina en "U", manteniendo la presión contra la pared vaginal y los músculos perineales. Abajo te pongo un dibujo para que te resulte más sencillo:

Ejercicios de Kegel:

Consisten básicamente en la contracción voluntaria de la musculatura del suelo pélvico. Estas contracciones son como si tuvieras las ganas de hacer pis o estuvieras intentando retener un gas. Al hacerlo, tienes que sentir como si tu uretra, tu vagina y ano “se cerrasen” y ascendieran. 


Como es lógico, antes de empezar, debemos tener claro qué es el suelo pélvico, cuáles son los músculos y estructuras que lo componen y cómo podemos localizarlos y sentirlos, y para ello, os dejo aquí el vídeo que colgué hace unos días enseñándote paso a paso cómo detectarlos para empezar a trabajarlos:. 
Una vez identificados los músculos y las sensaciones que se experimentan cuando se ejecutan de forma correcta, podemos empezar a trabajarlos más en profundidad. ¿Preparada? Vamos allá!!


Primer paso: Elige la postura en la que te sea más fácil contraer tu suelo pélvico

Para comenzar, debes escoger aquella postura en la que contraer los músculos de tu suelo pélvico te resulte más sencillo. Un truquito si lo tienes muy debilitado o con poquita fuerza, es hacerlo tumbada (ya sea boca arriba, de lado o boca abajo). El hecho de estar tumbada elimina el efecto que la gravedad ejerce sobre tus vísceras pélvicas y sobre esa especie de hamaca que forma tu musculatura perineal, por lo que te será más sencilla la contracción de los músculos. A medida que avances en el entrenamiento, podrás realizar los ejercicios en otras posiciones: a cuatro patas, sentada o, incluso, de pie. Ánimo y vamos poco a poco!!


Segundo paso: Cuida la corrección postural al hacer los ejercicios de Kegel

Elijas la posición que elijas, antes de comenzar a contraer tu suelo pélvico, comprueba que tu columna vertebral está recta y elongada y que tu pelvis se encuentra en una posición neutra en el espacio, esto es: que la curvatura lumbar no esté muy pronunciada (“culo pollo”) ni borrada (“culo plano”). La curva lumbar debe ser suave antes y durante la realización de las contracciones musculares.

Tercer paso: No te olvides de RESPIRAR mientras realizas las contracciones

Este punto es importante: hay que conseguir contraer la musculatura sin alterar la respiración, para más adelante ser capaces de activar tu suelo pélvico ante aumentos de presión puntuales como cuando estornudamos, tosemos o nos reímos a carcajadas.


Cuarto paso: Relaja la musculatura

Tras cada contracción, relaja los músculos lentamente, dejando que vuelvan a su posición inicial. Realiza un par de respiraciones antes de contraer.


Quinto y último paso: Descansa unos segundos antes de la siguiente serie

Para que el entrenamiento sea eficaz, debes realizar un periodo de descanso entre una serie y otra de unos 30 segundos para que tus músculos se recuperen y puedan volver a darlo todo!!


Ejercicio 1: El lento: Consiste en tensionar el grupo de músculos del suelo pélvico y mantenerlos contraídos durante cinco segundos. Después, se relaja durante otros cinco segundos.
 
Ejercicio 2: El rápido: Se trata de realizar las mismas contracciones que en el ejercicio anterior pero sin pausa, y con la mayor rapidez posible.

Ejercicio 3: El ascensor: Este ejercicio refuerza el suelo pélvico a base de contraer y luego relajar los tres músculos simultáneamente en tiempos.
 
Ejercicio 4: La onda: Como su nombre indica, se trata de apretar y distender los músculos describiendo una onda, primero el anillo que rodea la uretra, luego el que rodea la vagina y, por último, el que rodea el ano.
Consejitos para sacarle el máximo partido:

·
Cada vez que contraigas tu suelo pélvico, hazlo con la máxima intensidad posible pero sin olvidar ninguno de los puntos que hemos controlado al principio (corrección postural, respiración normal, relajación y reposo).
· Mantén cada contracción entre 3 y 10 segundos (lo que puedas, pero que sea lo más constante posible, ya que si nos exigimos demasiado en las primeras contracciones, las siguientes las haremos peor y más cortas y por lo tanto perderemos nuestra evolución natural). Recuerda: lo importante no es “cuantas más mejor”, sino hacerlas correctamente.
· Realiza 3 series diarias de entre 8 y 12 contracciones.
· Reserva (si te es posible) un momento concreto de tu rutina para realizar tu entrenamiento, e intenta mantenerlo invariable durante la semana (puedes elegir hacerlo todos los días antes de irte a dormir). De esta forma te será más fácil acordarte de hacer los ejercicios y poco a poco verás cómo se ha convertido en un hábito.
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Por Omayra Martín Esteban 18 mar, 2020
Lo primero es lo primero: Antes de nada, consulta a tu ginecólogo o matrona si hay alguna contraindicación en que hagas un deporte moderado, ya que al conocer tu caso concreto, podrán aconsejarte qué hacer. Como nota informativa, el mejor momento para iniciar la actividad física es el segundo trimestre del embarazo (a partir del cuarto mes), ya que durante el primer trimestre la actividad física no está recomendada puesto que en este período hay un riesgo más alto de abortos espontáneos. El segundo trimestre es un momento ideal, las mujeres ya notamos los cambios físicos y somos más conscientes de nuestro estado. ¿Qué tamaño de fitball es el idóneo para mí? Existen varios tamaños que van desde los diámetros entre los 35 y los 85 cm, pero los más comunes en el mercado son de 55 cm, 65 cm o 75 cm. Para elegir la mejor fitball para ti, tienes que tener en cuenta tanto tu estatura como tu peso, de manera que cuando nos sentemos en ella, los pies queden totalmente apoyados en el suelo y las rodillas estén a la altura de las caderas o ligeramente por debajo de ellas y formen un ángulo de 90 grados aproximadamente. Según las marcas varían ligeramente las recomendaciones, pero por ejemplo aquí os dejo las de Decathlon (son tr es tallas de balón: S, M y L): – Talla S: para las personas que miden máximo 1,65 metros. – Talla M: para las personas que miden entre 1,65 y 1,85 metros. – Talla L: para las personas que miden más de 1,85 metros. Dicho esto, ya sólo tienes que hacerte con una fitball, ponerte tu ropa de deporte más cómoda y vamos a comenzar!!
Por Omayra Martín Esteban 07 feb, 2020
Comencemos con el automasaje para el rostro. El masaje facial es una técnica que busca estimular el tejido cutáneo dérmico y muscular para que conserve su elasticidad y firmeza (lo cual tiene un potente efecto antiedad), pero a la vez lograr que el rostro luzca más relajado y radiante. ¿Cuál es el momento perfecto para hacer el masaje? Yo os recomiendo que sea después de ducharos, ya que con la ducha habréis limpiado vuestra cara retirando otros productos, residuos, suciedad, etc... y aprovechando que gracias al vapor de la ducha, los poros de la piel se abren, nos ayudará a que la crema penetre mejor y tenga mayor efecto sobre nuestro rostro. Si eso no es posible, recuerda que antes de empezar el masaje, debes limpiar y quitar el maquillaje y cualquier tipo de impureza que pueda haberse acumulado en nuestra piel. Necesitas: Una crema facial que te encante y que huela de maravilla (hay un aceite sólido facial ultrahidratante que personalmente me vuelve loca y es el que os aplico en la consulta en el Masaje Craneofacial, que se llama “Banana Skin” de Lush). Y cómo no, lo más importante y lo más difícil: Reservar unos minutos de tu tiempo.
Por Omayra Martín Esteban 23 ene, 2020
1. Activa la melatonina La melatonina es una hormona que se activa cuando el día ya oscurece y que permite que puedas conciliar el sueño. Hay diversas formas de ponerla en marcha: acostándote y levantándote siempre a la misma hora); bajando las persianas y cerrando las cortinas para que vaya entrando menos luz en casa por la tarde...
Por Omayra Martín Esteban 18 nov, 2019
Muchas de las técnicas que voy a enseñaros son de Reflexoterapia (esta técnica consiste en masajear zonas, en este caso concretamente del pie, que actúan de manera refleja en otras partes de nuestro cuerpo que necesitemos aliviar como las lumbares, las cervicales, etc...). Puedes dejar que las manos actúen instintivamente, pero si actúas sobre las zonas reflejas, los beneficios se multiplican, ya que no sólo le darás a tus pies el descanso que necesitas, sino que conseguirás un mayor bienestar corporal. Con estos 12 pasos conseguirás tener nubes en lugar de pies (¿¿Y qué son 12 pasos comparados con todo lo que has andado hoy??) Vamos a dedicarnos un ratito que nos va a venir fenomenal para mimarnos un poco más (y si no tienes tiempo para poder hacer los 12 pasos, realiza los 5 primeros para conseguir una relajación para tus pies. ¿Preparada?
Por Omayra Martín Esteban 30 oct, 2019
EJERCICIO 1: Este estiramiento relaja toda la tensión que recorre el cuello y llega hasta la parte alta de la espalda. Siéntate en un taburete frente a un espejo. Lleva el brazo del lado que quieres estirar (justo el que te duele) detrás de la espalda. Inclina la cabeza hacia el lado contrario empujando suavemente con la mano, como ves en la imagen. Para aumentar la intensidad del ejercicio, una vez ladeada la cabeza inclínala un poco hacia el suelo. Mantén la posición 10 segundos.
Por Omayra Martín Esteban 18 oct, 2019
Estamos acostumbradas a procurar tener una buena higiene postural en el trabajo, sobre todo las que trabajáis sentadas delante de un ordenador; pero no debemos olvidar que esa conciencia de mantener sana y bien apoyada nuestra espalda o rectos nuestros hombros debe transmitirse también a otros espacios como el coche. ¿Cuántas veces nos subimos al coche y no acondicionamos adecuadamente el asiento o el retrovisor haciendo que al final mantengamos una postura demasiado forzada? Si en otros aspectos de nuestro día a día buscamos la comodidad, ¿por qué no aquí? Es hora de dedicar el tiempo necesario para conseguir una conducción cómoda, sobre todo en viajes largos, pero también aunque el trayecto sea relativamente corto. En ocasiones el mismo coche lo utilizan varias personas, ya sea por ser de empresa o porque lo conducen los miembros de una misma familia. Por dejadez no hacemos nada más que acercar el asiento y mover un poco el retrovisor, (sé que es un tostón, pero es necesario tomarse un tiempo y buscar el confort que evite las lumbalgias posteriores y más si tendéis a tener de por sí problemas de espalda). Dicho esto, vamos pasito a pasito:
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